Próximas conjunciones fotogénicas

La fotografía astronómica tiene una modalidad que es relativamente sencilla y que no requiere telescopio, montura motorizada ni otro instrumental especializado. Sacar una toma de las principales estrellas de una constelación o de la Luna con algún planeta cercano sólo requiere una cámara réflex, un trípode y un disparador a distancia. Si queremos sacar estrellas puntuales necesitaremos trabajar con sensibilidades altas y objetivos luminosos que permitan la máxima abertura de diafragma posible, preferiblemente de focal fija. Dependiendo del campo que abarquemos con nuestro objetivo y la zona del cielo podremos realizar tomas más largas sin que se note el desplazamiento aparente de las estrellas. Por ejemplo con un objetivo de 35 mm no podremos superar los 15 segundos en la zona ecuatorial celeste para sacar estrellas puntuales, mientras que en la zona circumpolar lo podemos ampliar a 25 segundos sin problema. 

Fotografía de la zona central de la Vía Láctea (15 segundos a 3200 ISO con objetivo de 35 mm, f/1.8)

Dentro de esta modalidad de fotografía resultan especialmente interesantes las conjunciones planetarias con la Luna, sobre todo al atardecer o amanecer, momentos en que se puede jugar con los cromatismos propios de estas horas de transición entre el día y la noche. Aquí al tener más luz no hace falta subir a altas sensibilidades, y podemos jugar más con el diafragma y la velocidad para obtener un resultado atractivo, o incluso realizar varias tomas a diferentes exposiciones para su posterior apilado y tratamiento como imagen de alto rango dinámico (aunque esto del HDR empieza a resultar irritante por su profusión sin criterio ni medida, pero bueno, para gustos colores). Así que un buen comienzo para practicar con las primeras fotografías astronómicas es buscar un horizonte despejado al atardecer o amanecer, en el que tengamos presentes una luna creciente o menguante junto a algún planeta destacado.

Sin ir más lejos, en las próximas semanas Venus irá aumentando su elongación respecto al Sol, mientras que Júpiter se verá cada vez más bajo sobre el horizonte occidental después del atardecer. Esto permitirá contemplar algunos acercamientos interesantes con la Luna creciente que se comentan a continuación. 


25 de febrero de 2012

El próximo 25 de febrero mirando al Oeste (justo después de oscurecer) podremos contemplar la Luna creciente a sólo unos tres grados de Venus, que con una magnitud de -4'2 será el astro más brillante del cielo nocturno después de la Luna. Mirando hacia el cénit (a 16 grados de Venus) tendremos a Júpiter con un brillo de -2'2 magnitudes. 

10 de marzo de 2012


Venus y Júpiter se irán acercando en la bóveda celeste con el paso de los días, y el 12 de marzo estarán a tres grados de distancia angular. Dos días antes, y si tenemos un horizonte muy despejado (justo después de la puesta de Sol) podremos contemplar al escurridizo Mercurio como un astro de brillo moderado (0'8 magnitudes) a muy poca altura sobre el horizonte. 

26 de marzo de 2012


Por último, recién entrada la Primavera podremos disfrutar de una bonita alineación sobre el horizonte occidental. Venus y la Luna creciente estarán a dos grados de distancia, situados en línea con Júpiter (más bajo sobre el horizonte) y las Pléyades (a 9 grados de la Luna hacia el cénit).

Así que os animo estos días a coger la cámara y el trípode y a fotografíar esta parte del medio natural: el cielo estrellado.

Comentarios

  1. El salvaje y viajero y tiritante sureste ibérico6 de febrero de 2012, 8:35

    (Cuando baje un poquito el frío, colega, que a -20 grados se huela hasta la llama de un mechero)

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    1. ¡Bah! Salvaje Sureste, el clima benigno y costero te está volviendo un blandengue de mucho cuidado; una petaquita con orujo de Vites y no hay frío que te sujete.

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  2. Perdón: quería decir "hiela".

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