El preocupante avance de la contaminación lumínica

Los Campos de Hernán-Pelea (o Hernán Perea, según el mapa que se consulte) se encuentran en el municipio de Santiago-Pontones (Jaén) y consisten en un extenso altiplano a más de 1600 metros de altura al que se llega tras un largo recorrido por pistas forestales desde el núcleo más próximo, Don Domingo. Se encuentran en el centro de una extensa zona protegida: el Parque Natural de las Sierras de Segura, Cazorla y Las Villas. Por su ubicación uno podría esperar un cielo nocturno muy oscuro, posiblemente de los mejores de España, y esa es la primera impresión cuando cae la noche en este paraje tan especial.



Pero tras unas horas, cuando el ojo se haya adaptado completamente a la oscuridad, nos resultará llamativo cierto resplandor que sube desde el horizonte tanto al Este como al Oeste, sobre todo hacia poniente. Esto se muestra con especial claridad obteniendo una imagen panorámica de todo el cielo como la que pongo a continuación, que realmente es un mosaico de 17 fotografías realizadas con objetivo de 14 mm.

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La imagen corresponde más o menos a las 23:00 horas de la noche del 30 de octubre de 2016, y en ella se puede apreciar con claridad la Vía Láctea, la constelación de Sagitario ya ocultándose, Marte y el trazo de un satélite artificial al oeste (derecha en la fotografía). El triángulo del verano, formado por las estrellas Vega, Deneb y Altair, va perdiendo altura pero aún domina la noche. Cerca del cénit destaca el gran cuadrilátero de Pegaso y por el Este asoman las Pléyades y la constelación del Auriga. La galaxia de Andrómeda resulta perfectamente visible e incluso ampliando la imagen se distingue la del Triángulo (M33). Más difícil de apreciar (dependiendo del monitor en el que se visualice) es la luz zodiacal, una tenue banda azulada que parte del suroeste y describe un arco a lo largo de la eclíptica desde Sagitario hasta Piscis. Este débil resplandor (ocasionado por el polvo interplanetario del Sistema Solar) casi se mezcla en la imagen con el brillo verdoso del airglow, la luminiscencia natural de la atmósfera terrestre. Que aparezca (aunque débilmente) la luz zodiacal y la presencia tan notable del airglow es una señal inequívoca de que estamos ante un cielo nocturno de gran calidad. De hecho las medidas que tomé en el cénit con un sensor SQM dieron valores que superaron las 21.70 magnitudes por segundo de arco al cuadrado.

Lo preocupante de esta imagen es lo que ocurre cerca del horizonte. Prácticamente en todas direcciones se observa la presencia de una fuente de luz artificial, especialmente al E, O, SO y NNO. Con ayuda de un sistema de información geográfica y conociendo las coordenadas del lugar es fácil identificar la dirección de los principales núcleos de población y su distancia en línea recta, que reflejo en la siguiente imagen.

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Las principales fuentes de contaminación lumínica se encuentran al oeste: Cazorla-Jaén por un lado y Úbeda-Linares por otro. En estas direcciones una importante porción del cielo se ve afectada por una emisión artificial con una considerable componente blanco-azul en lugar del clásico hongo anaranjado al que estamos acostumbrados. Curiosamente en estas poblaciones se ha producido una sustitución de lámparas antiguas por LEDs de luz fría de modo más o menos generalizado, a lo que hay que sumar el desproporcionado alumbrado ornamental que emite la mayor parte de su luz al cielo. Si consideramos que la sustitución de lámparas ha venido acompañada normalmente de una mejora de las farolas en lo referente a una menor emisión hacia el cielo ¿cómo nos encontramos este grado de afección en lugares relativamente distantes? La explicación está en la mayor dispersión atmosférica de la luz azul, algo que los astrónomos llevan tiempo advirtiendo ante el auge de LEDs de luz fría.

Los otros focos de luz artificial que invaden los primeros grados del cielo nocturno están al E (en dirección a Caravaca de la Cruz, Murcia y el Levante peninsular), al SO (donde se encuentra Granada) y al NNO. En esta última dirección se encuentran diversos pueblos más o menos cercanos como Beas de Segura y Arroyo del Ojanco, pero posiblemente buena parte de esa luz proceda de Madrid, a unos 280 km en línea recta de este lugar.

Del análisis de esta instantánea del cielo se pueden sacar interesantes conclusiones:
  • Incluso a lugares teóricamente muy oscuros de la Península Ibérica llega la contaminación lumínica, y además a un ritmo creciente a pesar de la supuesta mejora del alumbrado público de las ciudades. El problema es que los técnicos que diseñan estas mejoras parece que sólo piensan en términos de eficiencia económica sin considerar que existen alternativas igualmente eficientes al LED de luz fría con un impacto ambiental mucho menor. ¿Es un problema debido a falta de información o a dejarse llevar por los comerciales de las empresas de iluminación?
  • Además son las ciudades y grandes núcleos los que más afectan a las zonas oscuras por lejanas que estén. No hay duda de que es de suma importancia la adopción de medidas por parte de los ayuntamientos de los territorios rurales, pero ese esfuerzo puede resultar infructuoso si no va acompañado de la concienciación y el compromiso de las administraciones locales urbanas. En el ejemplo de Santiago-Pontones la mayor parte de la contaminación lumínica no procede de las lámparas que quedan de vapor de mercurio (que desde luego es necesario cambiar) sino de Cazorla, Úbeda, Jaén, Linares, Murcia, Granada y posiblemente hasta de Madrid.
  • Por este motivo una legislación que se centre sólo y exclusivamente en las zonas catalogadas como protegidas, dejando un gran margen de maniobra a las ciudades para que hagan lo que quieran en lo referente al alumbrado público, puede sencillamente no servir para el objetivo que se propone.

Actualización 6 años después (2023)

En 2016 se otorgó a la aldea de Don Domingo y alrededores la certificación de paraje Starlight, y desde entonces todos los años se celebra una starparty en agosto. Este paraje está muy cerca de la zona de la que hablo en el artículo, en el municipio de Santiago-Pontones. Podríamos pensar que en este contexto debería haber tenido lugar un cambio del alumbrado público, resultado del compromiso local con la protección del cielo. Y cambio ha habido, pero me temo que no a mejor. Don Domingo y El Patronato son las únicas aldeas donde se han instalado lámparas ámbar, pero en el resto de núcleos (y son muchos) sólo LED blanco, y además con una intensidad mayor. El nivel de iluminación cualquier noche es comparable al que solía haber antes en fiestas populares. Así, no es de extrañar que si miramos la evolución del brillo del cielo en el cénit mediante algunos de los mapas disponibles, tenemos que hay un incremento que coincide más o menos con esos cambios. Presumir todos los años de tener un cielo oscuro maravilloso (que lo es) no parece que tenga un efecto real en su preservación. Las "puestas en valor"  las carga el diablo. 

Comentarios

  1. hermosas fotos, lo comienzo a seguir

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  2. Hola Jaime. Supongo que si haces esa pregunta aquí es porque quieres que el alumbrado exterior de esa nave industrial provoque la mínima contaminación lumínica posible. Puedes contactar con la empresa "Lumínica ambiental" que está especializada en iluminación exterior teniendo en cuenta ese criterio.

    http://luminicaambiental.com/

    Saludos

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